Se sabe que el país y/o el mundo están en pleno desarrollo y por lo mismo están sujetos a los cambios, sin embargo hay que verificar si son cambios buenos, o son alteraciones que lejos de ayudar al bienestar (social o personal), lo afecten. La situación es la siguiente; más allá de los movimientos políticos y esos temas a los que estoy acostumbrado a tratar, hoy voy hablar de la juventud. ¿Por qué de la juventud? Bueno, la mayoría de nuestros reducidos lectores son jóvenes, y creo que muchos concuerdan conmigo, ya que pienso que si queremos provocar un cambio real en el país, hay que empezar desde nosotros.
Sinceramente estamos viviendo una época en la cual la conciencia es casi nula por parte de los ciudadanos, dónde se nos es fácil criticar el gobierno y pedirle sin darle nada a cambio, y no precisamente a él, sino a nuestro país. Cada día somos más los inconformes, pero, ¿cuántos somos (o son) los que hacen algo realmente por qué esto no sea así? Esto lo cito, porque es algo que comúnmente veo en mi ciudad, en las redes sociales y en muchos otros lugares. La ciudadanía habla pero no actúa y todo eso se ve reflejado en la juventud.
La adolescencia es una etapa sin duda muy difícil, pero no sólo es el cambio de hormonas, ni las nuevas sensaciones lo que nos afecta en totalidad. Lo que realmente nos complica más es la desinformación, o bien, la indiferencia. Cada día es más común encontrarse con parejas muy jóvenes que están esperando un hijo o igual ya lo traen de paseo, adolescentes que a su corta edad no saben divertirse sin alcohol e incluso un par que consume sustancias extrañas. Después son los mismos que critican la inseguridad y no se dan cuenta que la principal razón por la que hacen acto de presencia los grupos de la delincuencia organizada son esas cosas que consumen. Factores para todo esto hay muchos; la familia, la sociedad, sobre todo la telebasura y los “artistas” que lejos de dar mensajes positivos en sus obras y sus acciones (que recordemos, son casi en su mayoría acciones “publicas”) perjudican nuestros pensamientos con sus actos vanos y ególatras.
Podemos pensar que si los jóvenes somos los que llevaremos las riendas del país en el futuro, este está perdido, a menos de que ayudemos a despertar esa conciencia perdida entre nosotros. ¿Cómo? Muchas veces el mismo Estado en el que vivimos nos ofrece algunos eventillos, por ejemplo: dentro de esto cabe mencionar que el día de hoy da inicio en el estado de San Luis Potosí el “Festival de letras de San Luis 2011”, en el marco de este hay eventos como presentaciones de libros, lecturas con personajes “famosos”, talleres de redacción, bueno, es un evento muy variado y muy rico en cuanto a cultura, pero a pesar de la gran publicidad este tipo de eventos muchas veces se ven opacados por otros que a la juventud le parecen menos “aburridos”. Podemos realizar nosotros mismos acciones que acerquen a nuestros amigos “perdidos” a este tipo de cosas, prestarles libros o panfletos con información buena, pasarles algunos cortometrajes interesantes, incluso hacer un blog como el presente. El cambio no está nada más en los políticos, tal vez estos cambiarán hasta que nosotros nos demos cuenta que ellos no son más que nuestros empleados, debemos exigirles los informes de sus trabajos, pero ¿qué nos interesa más? ¿el trabajo de nuestros gobernantes o el próximo reality show de Televisa?. Tenemos que procurar la buena información, es desesperante ver como se quejan con el típico, “Es que los políticos no hace nada, nuestros impuestos no son para que vacacionen”, pero al ver que un Diputado bueno se levanta, da de que hablar y sustenta sus palabras la gente lo aborrece, pero dirían por ahí, eso ya es arena de otro costal.
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