Anabel Hernández, “Los señores del narco” y la prensa estatal.

El pasado 8 de Noviembre tuve la oportunidad de asistir a una de las presentaciones del libro, “Los señores del narco”, con su autora, la periodista Anabel Hernández. Recordemos que se le adjudican también otras publicaciones como: “Fin de fiesta en los pinos”, “La familia presidencial”, entre otras.

La presentación se retardo un poco, por lo que el público empezó a relajarse, llenando el auditorio de ruido: chiflidos para que la presentadora saliera al fin y/o platicas de la “peda” del día anterior. Pese a todo eso, al dar inicio el evento, y por tanto percibir la presencia de Anabel, la sala se silenció instantáneamente.

Las autoridades presentes en el evento dieron paso a la entrada de la comentarista, que inició agradeciendo la invitación al lugar. Su praxis de la lengua oral me pareció bastante fluida, lo que nos indica que tiene un conocimiento bien fundamentado del tema tratado. Sin ningún temor expuso las condiciones y el contenido de su texto, yendo de anécdotas a hechos documentados, que en conjunto concuerdan con una realidad ignorada (a propósito) por la mayoría de las descentralizaciones del gobierno federal.

Entre otras cosas, destapó (tanto en la presentación, como en el libro, supongo) la verdadera función de la policía federal (comandada por el secretario genaro garcía luna), la de proteger a uno de los cárteles más poderosos en el país (y tal vez en el mundo), además de darnos una nueva y más creíble versión del por qué el país está tan bañado en sangre.

Desde un principio nosotros hemos tratado de evitar el tema, primero por el morbo de muchos de los ciudadanos, y segundo por las consecuencias que puede traernos. Sin embargo quiero puntualizar mi total desaprobación a una de las reseñas publicadas en uno de los medios estatales (ya ni ganas quedaron de leer las demás) que se limitó a presentar como principal solo uno de los comentarios, el cual se refería al trabajo que se hace (o que no se hace) para capturar a uno de los capos más sobresalientes, cuando siendo un medio bastante leído (en fin, MANIPULADO) pudo abarcar las pruebas que Anabel presenta sobre los pactos entre políticos y delincuentes, que nos han regido, según su completa investigación, por lo menos desde el gobierno de Echeverría. Me parece una enorme ofensa a su trabajo periodístico que todavía remarquen la autoría de Anabel en otro comentario  sobre el territorio de los capos en el Estado, como queriéndose limpiar el culo, ¿no?

En fin, sin siquiera haber leído el libro, puedo asegurar que estoy dispuesto a adquirirlo. Así que si quieren enterarse un poco más del tema, con mayor documentación periodística y menos morbo, el libro “Los señores del narco” de Anabel Hernández es el indicado.

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